El bosque, mi padre - Papusza
Descripción
El bosque, mi padre - Papusza
Edición bilingüe polaco-español
Traducción e introducción: Amelia Serraller Calvo
Revisión literaria: Marta Porpetta y Amelia Serraller
156 págs.
ISBN: 978-84-7839-812-6
2019
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Bronisława Wajs, más conocida como PAPUSZA (Polonia 1908 o 1910−1987), fue la primera poeta gitana que publicó su obra, contribuyendo así a la difusión de su cultura, hecho que le supuso ser repudiada por parte de su pueblo al desafiar lo que se esperaba de una mujer en su comunidad.
En El bosque, mi padre (Lesie, ojcze mój) la autora refleja la vida nómada de los gitanos romaníes, su relación con la naturaleza, el sufrimiento durante la Segunda Guerra Mundial y la amenaza constante por parte de los nazis. Este libro es un testimonio histórico de la tragedia de un pueblo marginado y perseguido, contado de primera mano a través de unos poemas cargados de un profundo lirismo.
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Ya no pisaré aquellos lugares gitanos de antaño
(Fragmento)
Oh, amigos, ¿os gustaría conocer nuestra vida,
la auténtica realidad gitana?
Sé que no me creeréis,
pero por favor, escuchad este canto
y sabed que ni una sola palabra es mentira.
Yo canto cómo mi madre pasaba penurias.
No volveré a los bosques negros,
¡creedme, que muera si miento!,
donde los gitanos solían ir
por ese camino... ¡maldito sea!
Los pobres gitanos crecieron allí.
¿Dónde estuve?, no voy a decirlo.
Allí me crié, allí nací.
En mi vejez
he aprendido a ser sensata.
No volveré a pisar
donde estuvieron los gitanos bajo la oscura noche.
Donde los niños escuchaban
el canto nocturno de los pájaros de la muerte.
¡Caminos, caminos, senderos!
¡Negros, negros matorrales!
Amigos, qué difícil explicar
cómo guiarse en la intemperie,
cómo vivían los gitanos en el bosque.
Desaparecen las antiguas sendas
que nos dirigían
en la dirección en que soplaban los vientos.
En los descampados no hay nada
en ninguna parte, solo hojas secas
y el miedo a que se congelen los niños.
¿Cómo vamos a recorrer esos caminos
donde antes vivían los gitanos?
–
Już moja noga nie postanie, gdzie niegdyś jeździli Cyganie
Ach, ludzie, chcielibyście poznać nasze życie,
prawdziwe o Cyganach wieści?
Ja wiem, że mi nie nie uwierzycie,
ale proszę – wysłuchajcie pieśni
i wierzcie, żem w niej ani słowa nie skłamała.
Śpiewam, jak kiedyś z dziećmi matka biedowała.
Nie pójdę już do czarnych lasów,
wierzcie mi – niechaj zginę! –
gdzie wędrowali kiedyś Cyganie.
Bo ta droga – przeklęta!
Tam rosły biedne Cyganięta.
Gdzie ja bywałam – nie powiem.
Tam rosłam, tam się urodziłam.
Na stare lata
rozumu się nauczyłam.
Już moja noga nie postanie
tam, kędy ciemną nocą jeździli Cyganie.
Przysłuchiwały się dzieci – to dla nich
ptaki zmarłych śpiewały nocami.
Drogi, drogi, drożyny!
Czarne, czarne gęstwiny!
Ludzie, tak ciężko opowiedzieć,
jak pod gołym niebiem się wiedzie,
jak żyło się w lasach Cyganom.
Niech dawne drogi przepadną,
co we wszystkie strony nas gnały,
którędy wiatry wiały.
We wszystkich stronach na odludziu
nic nie ma – tylko zeschły liść,
strach, żeby dzieci nie pomarzły nam.
Jak nam na tamte drogi iść,
gdzie kiedyś żyli Cyganie?
Reseñas:
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