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II Premio Gloria Fuertes de Poesía Joven 2001 - Inventario de la noche

II Premio Gloria Fuertes de Poesía Joven 2001 - Inventario de la noche

8,00 €
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Últimos ejemplares. Quedan: 1 ejemplares

Descripción

II Premio Gloria Fuertes de Poesía Joven
Inventario de la noche

Alberto Sala Alcayde
64 págs.
ISBN: 978-84-7839-265-0
2001

-

Alberto Sala, ganador con este libro del II Premio Gloria Fuertes de Poesía Joven, emprende en la primera parte de Inventario de la noche, una travesía por los sueños en busca del ser amado. La noche, única embarcación en la que poder huir de la realidad, nos lleva a bordo de este viaje de deseo y esperanza alejándonos de la tristeza, del desamor, de la soledad... El amanecer irrumpirá en los poemas como un naufragio, como un doloroso despertar del cual sólo podremos escapar de la noche, rumbo a los sueños. En su segunda parte, van desfilando distintos personajes con sus temores, alegrías, penas, remordimientos... Cierra el libro un breve recorrido por la vida lleno de nostalgia ante la certidumbre de su imposible vuelta atrás.
Poesía profunda, plena de humano contenido, de un autor joven que ya tiene una muy definida voz.

Quizás lo recuerdes

Empezaba la noche en cualquier lugar,
con un fluir de palabras ebrias salpicábamos
el inerte velo de penumbra
que envolvía las casas
y el ruido de sus puertas al cerrarse.

Y así sorprendíamos a la ciudad,
con la alegría que se nos salía de los bolsillos,
pobrecilla,
hasta nos miraba atónita cuando tú le sacabas la lengua.

Yo te seguía,
y mis ojos ya no se apartaban de tu sonrisa,
la veían deslizarse cada vez más cercana y cálida
por los bares,
las calles,
las plazas,
las pistas de baile,
y la música, la ingravidez, y ese dejarse llevar...
Y me moría por dilatar la noche.
Pero tus manos siempre lejos, inaprensibles.

Al final llegaba el amanecer entre vasos rotos y caminar desesperado.
Mostrándome la realidad de una quimera
el cielo abierto en tus ojos negaba mis intenciones.
Desabrido adiós.
Trémulo regreso solo
hacia una cama sin sueño y que no te culpaba por nada.

Tu imagen de Circe quedaba aún muy lejos.