Mujer sin Edén - Carmen Conde
Descripción
Mujer sin Edén - Carmen Conde
Introducción: Fran Garcerá
152 págs.
ISBN: 978-84-7839-896-6
Primera edición: 1985
Segunda edición: 2007
Tercera edición: 2022
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CARMEN CONDE (Cartagena, 1907-Majadahonda, 1996) fue una de las autoras más importantes del siglo xx. No solo por su extensa obra literaria y su intensa vida cultural, sino porque logró algunos de los hitos más importantes de nuestra historia reciente: fue la primera mujer en obtener el Premio Nacional de Literatura en la categoría de Poesía (1967) y ser elegida académica de número de la Real Academia Española (1978), entre otros.
Mujer sin edén, publicada por vez primera en 1947, ha sido considerada la obra cumbre de Carmen Conde, ya que marcó a toda una generación de escritoras: fue toda una revolución por la reescritura que propuso del mito edénico y otros pasajes bíblicos a través de sus personajes femeninos. Esta edición, llevada a cabo por Fran Garcerá, es la primera de carácter crítico que se realiza al compararla con sus versiones manuscritas, lo que ha permitido descubrir a una autora mucho más combativa y recuperar un poema inédito, «Búsqueda».
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Voz de la vieja Eva al sentirse en María
A Ella la llamas Ave, saludándola.
A mí llamaste Eva, que es lo mismo.
El Ave de María es terrenal morada tuya,
y yo fui lanzada de tu Huerto, acá a la tierra.
No perdonaste que engendrara hombre
a la que quitaras Tú del que fraguaste.
Y vienes a posar en cuerpo humano,
en virgen de mi propia descendencia.
¡Salvarnos con tu lumbre, por tu Hijo;
venirte Tú a entendernos, dialogando
por medio de la Voz que depositas
en cuerpo de mujer que es pura siempre!
Ignoras las miserias de los hombres.
Harán en tu Criatura su venganza.
La tierra no se olvida de que es tierra
maldita, como yo, por tu arrebato.
Tu Hijo, otro Abel, será vendido
por quien tu Ojo implacable airado mira.
Ave, Eva. Nombres de mujer en dos Edades.
Presencias de tu Ser. Pero María
jamás pecó, Señor. ¿Por qué la eliges
sufridora del drama sobrehumano?
¡No hay árbol de la ciencia,
no hay árbol de la vida para ella!