¡Ahora puedes pagar con Bizum!

  • Más de 40 años publicando literatura escrita por mujeres
  • Gastos de envío gratuitos para España
  • Más de 40 años publicando literatura escrita por mujeres
  • Gastos de envío gratuitos para España
Pavana del desasosiego - Francisca Aguirre

Pavana del desasosiego - Francisca Aguirre

14,50 €
.
Disponible

Descripción

Francisca Aguirre - Pavana del desasosiego

I Premio María Isabel Fernández-Simal
Prólogo: Andrés Sorel
Epílogo: Manuel Rico
84 págs.
ISBN: 978-84-7839-899-7
2022

_

FRANCISCA AGUIRRE (Alicante, 1930-Madrid, 2019) fue una poeta y narradora perteneciente a la generación de los cincuenta por fecha de nacimiento, aunque su primer libro Ítaca se publicó en 1972. En 2011 recibió el premio Nacional de Poesía y en 2018 el Premio Nacional de las Letras Españolas.

Pavana del desasosiego, que obtuvo el I Premio «María Isabel Fernández-Simal», fue publicado en 1999.

«Un poemario en el que el paso y el peso del tiempo juegan con la memoria, esa infancia patria siempre del escritor, y se estancan en la dulce quietud del presente. La infancia perdida trae recuerdos de tiempos crueles cuyo espanto ha matizado, que no olvidado, el transcurso de los años. Quien vive ahora recuerda, entre la nostalgia y el dolor». (Andrés Sorel en el prólogo).

Se incluye en esta nueva edición, como epílogo, el artículo que Manuel Rico publicó en prensa tras la primera edición de este poemario.
_

Nadie sabe qué son

Bajan, atravesando el firmamento,

vienen sin ser llamados.

Nadie sabe qué son ni a dónde pertenecen.

Descienden mágicos y ajenos,

iluminan sin luz, cantan sin música.


Llegan, definitivamente llegan;

nos invaden

y algo que no entendemos sobreviene

quemándonos sin fuego.

De donde no sabemos, vuelven.

Traen en su aparecer, en su deshora,

la desazón profunda de lo incierto.

No calientan ni hielan,

sólo inquietan. Y huelen

como la luna sobre el mar. Cantan

como el color vibrante de las flores.

Nadie sabe qué son ni a dónde pertenecen,

pero la sangre se acelera,

la memoria tirita como un náufrago.


Bajan, atravesando el firmamento,

suben desde el abismo y la nostalgia,

iluminan sin luz, cantan sin música.

Dios mío, cantan, cómo cantan.