Premio Carmen Conde 2021
Descripción
Manifiesto de ruinas y destellos. Gladys Ilarregui.
Premio Carmen Conde 2021
64 págs.
ISBN: 978-84-7839-870-6
2021
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Gladys Ilarregui ha obtenido con este libro el XXXVIII Premio Carmen Conde de Poesía escrita por mujeres.
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GLADYS ILARREGUI, poeta argentina residente en Estados Unidos desde 1983, es profesora asociada del Department of Languages, Literatures and Cultures en la Universidad de Delaware. Parte de su obra poética ha sido traducida y criticada por Judy McInnis en el volumen The Cumean Sybil, University Press of the South.
Recibió en Argentina el Premio Internacional Borges por su libro: Poemas a Medianoche que, una vez publicado, ganó el premio el Arthur P. Whitaker Prize, otorgado por la Middle Atlantic Council of Latin American Studies, en Estados Unidos en 2003. También ha obtenido, entre otros, el premio «Federico García Lorca» otorgado por la Embajada de España en USA en 1994; el «Premio Plural» de México, en el mismo año y una mención honorífica del Queen College en 1992.
Está incluida en numerosas antologías como Mujeres mirando al sur (2004); Nos tomamos la palabra: antología crítica de textos de escritoras latinoamericanas (2005); Voces y memorias de la Luna (2006); Women Bearing Witness (2007); La mujer rota (2008); Poesía en Villanova (2010) y Al pie de la Casa Blanca (2010).
Tiene publicados los poemarios Oficios y Personas/ Guía para Perplejos (1996); Indian Journeys (1999); Como una viajera y sus postales/ Like a Traveller and her Postcards (1999); Reuniones (2000); Poemas a Medianoche/ MidnightPoems (1999); El libro de vidrio/The Glass Book (2012) y El libro de las heridas/The Book of Wounds (2016).
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Dibujos de las yemas
Las yemas de los dedos recuerdan ese rostro,
recuerdan la saliva, recuerdan la textura de la sábana,
las yemas de los dedos sacan fotografías de los
espacios, en implacables caricias con los marcos,
los muebles, la fibra de las telas,
la toalla amarilla que colgaba fresca
el hueco en la mirilla de la puerta.
Las yemas de los dedos arman y desarman
los viajes cotidianos por el tiempo que sube y
baja en la piel con una interminable persistencia.
Es en las yemas donde guardas árboles, hojas
caídas, dulzura al tocar la ciruela, fiesta al
abrir de par en par un pan con sus ojos azules.